¿Quién te ha dicho que no se debe llorar?
Si
es un masaje al corazón, la libertad de un grito de angustia o de la impotencia
contenida. Es también, un respiro ante el cansancio de aquellas palabras que no
quieren salir. Es ese bálsamo que lleva su cauce hasta besar una sonrisa. Que baña
con luz de consuelo, hasta a los ojos más tristes. Que alivia las penas del alma
y libera ese suspiro oprimido. Es el aguacero que apaga el incendio que llevas
dentro.
Me encantó !!! Amo lo que haces Steph
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