lunes, 4 de noviembre de 2019

Escritos

Queriendo verte amanecer, 
me quedé dormida.
En el preciso instante
que comenzó a llover.


***

Intentando ser luna
en tu noche de Marzo,
vi hacerse eterno el día,
sentí al cielo más lejano. 

Muralla de piedras

Junté todas las piedras con las que me he tropezado en el camino.
Las puse con cuidado a las orillas del río, para que cuando este crezca
no me encuentre desprevenida.

miércoles, 16 de octubre de 2019

Déjame

Déjame sentir la luz
que emana de tu mirada.
Déjame sentir que el cielo
no anochece si tú estás.
Déjame ver la danza de los estorninos
en este cielo siempre gris.
Déjame sentir que aún hay vida
en este mar que todos dicen que está muerto.
Déjame cubrir las huellas que dejó la guerra
que un día ante mi sombra sucumbió.
Déjame renacer con un suspiro
que viene desde el centro de mi universo.
Déjame renacer.
Déjame.


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19/05/2023

Déjame sentir la luz que emana de tu mirada.

Déjame sentir que el cielo no anochece si tú estás.

Déjame limpiar las huellas que dejaron viejas guerras.

Estoy lista, para empezar un camino nuevo

contigo.



 

viernes, 16 de agosto de 2019

Tiempo para volver a empezar.

El tiempo parece transcurrir muy despacio, casi casi a cuentagotas. Lo hace a propósito, lo sé. Bueno, en realidad al menos así lo siento. Pasa el tiempo a su ritmo, como deteniéndose a mirar a la gente pasar. Como tomándose la libertad para danzar al ritmo que toque el viento o el mar, quién sabe. Pasa el tiempo y se detiene por una taza de café, mientras ojea curioso las últimas noticias del periódico. Pasa el tiempo y sucede, se detiene. Es que acabas de despertar de ese profundo letargo, aquel que escondía tus sueños en el baúl donde los conformistas esconden sus ganas. Despertaste y el tiempo está dispuesto a recorrer contigo todos los minutos que sean necesarios, para alcanzar aquello que te has propuesto. No culpes al tiempo de tus derrotas. Porque aunque no lo creas, siempre está dispuesto a darte una nueva oportunidad.

Amor de cuatro patas.

Hoy se cumple un mes desde que Blacky se marchó.
No dejó de emanar bondad hasta el último momento.
Kirei -su hermano, compañero de juegos y de vida- aún la extraña. Lo sé porque en las tardes corre por toda la casa, con las orejas bien levantadas, como buscándola. Y al no encontrarla vuelve a la huerta y empieza a ladrar a la nada. Por su lado, Chico -su hijo- El inquieto de la familia, parece no enterarse de nada, pero de vez en vez se pone triste (algo raro en el).
Su incondicional amor, esa transparencia en sus ojos y su dulce personalidad se hacen extrañar.
Era tierno verla quedarse a mi lado, cada vez que algo me angustiaba. Creo que percibía lo que sentía en ese momento y me brindaba su leal compañía. Le he dado varias vueltas a éstas líneas y aún no concibo la forma exacta para plasmar lo que su ausencia me hace sentir. 

miércoles, 14 de agosto de 2019

Con todas mis manías, con los incontables chistes que solo yo entiendo. Con mis eternos silencios. Con mis raras formas de caminar, reír y hablar. Con mi extravagante forma de contar historias. Con mis raras muestras de afecto. Con mis repentinas y locas ideas. Me quiero. 
Me quiero con mi extraño sentido del humor. Con mis incontables colecciones. Con esta voz -que aprendí a querer- Me quiero con esta piel, con este corazón. 
Me quiero, por todas las veces que sentí que nada era suficiente. Me quiero porque siempre encontré la forma de sorprenderme, de aprender y demostrarme que todavía tengo más para dar.


miércoles, 31 de julio de 2019

Le he dado la vuelta al reloj de arena.



Mi Domingo tiene el canto que nunca salió de tu boca.
Tiene nuestros rostros. Riéndonos a carcajadas, que ya no se escuchan.
Conserva a su vez, todos esos minutos hablando por horas, acompañando a la luna.
Pero también tiene días azules,
de esos que aún no llegan, pero están... contigo o sin ti.
Mañanas que orquestan nueva música.
Espejos que reflejan nuevos rostros, nuevas risas.
Le he dado la vuelta al reloj de arena.

domingo, 5 de mayo de 2019

Que sí.



¿Y si te digo que sí? Que siempre sí. Incluso aquella vez que te dije que no.
Que sí quiero que te quedes. Sí te escuché aunque no hablaste. Sí sentí tu emoción, aunque solo lo leí. También me emocioné.
Que quiero verte, pero de verdad. Quiero escuchar tu risa y no solo imaginarla. Quiero escuchar tu voz, por primera vez. Quiero ver tus ojos, tan iguales y distintos a los míos. Quiero ver una foto tuya en medio de la selva, pero esta vez ser yo la que inmortalice ese momento.
Que sí rezo por ti. Que no importa cuánto tiempo haya pasado, la respuesta siempre serás tú.
Que sí creo que lo que tiene que ser, será; y yo quiero que tú seas. Que sí espero por ti. Que sí.

viernes, 4 de enero de 2019

Reloj de arena

Dicen que el tiempo pone cada cosa en su lugar.
Tal vez, toda la arena de tu reloj se lo llevó el viento.
Será por eso que mis pasos nunca encontraron tu camino.