El detalle, la intención, la palabra, el girasol.

 Como si al pensarte abriera una puerta y te trajera hasta aquí.

                      Amo la complicidad del atardecer y el mar, la flor y el sol.

Tu mirada y mi sonrisa, la poesía.

El mar quiere un barquito que lo conquiste, que le muestre el camino.

Un sol, una brújula que le indique el norte.

Luego estoy yo, que me siento viento y mar.

Y luego estás tú, cual barquito cautivando altamar.

Descubrí tus silencios y decidí quedarme.

Ahí, donde nacen tus flores y tus tormentas.

Qué fortuna encontrar gente que nos inspira y que de una u otra manera nos hace despertar de nuestro mundo, para descubrir uno mejor.

Voy con calma, pasito a pasito. Y cuando siento que el ritmo de otros me intenta apurar, respiro y recuerdo que nadie es igual. Los tiempos son diferentes y perfectos para cada uno.

 Calma, la vida se toma su tiempo para mostrarte todo aquello que ahora no ves.

 Tengo una colección de atardeceres por si un día tú quieras verlos.

 El mar me ha mirado a los ojos y se me escapó tu nombre.

Enséñame de dónde nacen tus manías.

Enséñame tus vientos, tus atardeceres y tus nubes.

 Abrir el corazón y que se desborde el mar que llevas dentro.

 Eché raíces en medio de tu laberinto.

 Que el saber adaptarse, nunca signifique traicionar a quién eres en realidad.

Quebrarse, mirar adentro, reconocerse, respirar y continuar.

Eso también es ser fuerte.

Quédate donde las excusas no existan. Quédate donde te sientas libre para ser y estar. Quédate donde valoren que en tu plena libertad, tú siempre eliges quedarte.

 Escribir también es una forma de leernos por dentro.

 Dicen que todo se lo lleva el viento.

Entonces, ¿Por qué no me ha llevado hacia ti?

De tanto leerte, he descubierto tu mar profundo, tu claridad en noches de lluvia,

tu laberinto y tu cielo azul.

Yo solo quiero ver los atardeceres desde la playa de tu alma,

Jugar a ser el mar de tu isla y dormir con el sonido de las olas de tu voz.

 Hoy la ilusión despertó llena de ojalás.

 Hay personas que son como ese airecito en la cara, con aroma a lluvia.

 De primeros pasos están hechos los deseos cumplidos.

Así como ese suspiro que se escapa después de un gran abrazo o de una carcajada. Así tú.

 Dos que se extrañan a lo lejos y se encuentran en una canción. 

Escucho su risa y siento que puedo oír hasta el suspiro del viento,

que también es el mío.

Qué bonita te ves, vida. Cuando te veo feliz en los ojos de los que más quiero.

Anidar; la belleza de elegir quedarse, sabiendo que tienes alas libres y un cielo a la espera de verte volar.

A veces semilla, a veces flor.

A veces lluvia, a veces sol.

 Recuerda que mientras tú dudas de ti, otros admiran tus ganas y tu energía.

 Que la primavera nos encuentre creyendo y confiando más en nosotros mismos.

Recuerda que aquí todos estamos aprendiendo, que ningún proceso se puede forzar y que cada camino es diferente para todos.

Toma tu tiempo, pero no te detengas.

 Hoy he aprendido a ponerme siempre en primer lugar.

 - Estoy bien, solo tengo el llanto acumulado.

¿Cómo haces para mantenerte de pie, aunque por dentro te caes a pedazos?
¿Cómo haces para continuar, cuando por dentro eres un huracán de miedos?
¿Cómo haces para cambiar tus lágrimas de terror, por palabras de ánimo para aquellos que te rodean?
Eres valiente, sí. Pero también sientes. Puedes quebrarte cuando quieras y está bien. Nunca lo olvides.

Muy tarde para desaparecer.

Muy tarde para esconderte.

Te quiero y eso es irreversible.

Mira adentro

Abro una ventana, observo, vuelo, me pierdo en mi interior. Me descubro en mi lugar seguro, lejos de todos. Silencio, pausa, calma. Me escucho de verdad. Miro adentro, con paciencia, despacito sin hacer ruido. Espero. Desaprendo lo que ya no me representa. Conecto en el aquí y ahora. No existe nada más por unos minutos. Me observo sin juzgarme. Abrazo mis emociones y valido cada una de ellas. Contemplo mi vulnerabilidad. Respiro, siento, grito, me quiebro.

Me ordeno por dentro.

 Te leo y sale el sol dentro de mí.