El tiempo parece transcurrir muy despacio, casi casi a cuentagotas. Lo
hace a propósito, lo sé. Bueno, en realidad al menos así lo siento. Pasa
el tiempo a su ritmo, como deteniéndose a mirar a la gente pasar. Como
tomándose la libertad para danzar al ritmo que toque el viento o el mar,
quién sabe. Pasa el tiempo y se detiene por una taza de café, mientras
ojea curioso las últimas noticias del periódico. Pasa el tiempo y
sucede, se detiene. Es que acabas de despertar de ese profundo letargo,
aquel que escondía tus sueños en el baúl donde los conformistas esconden
sus ganas. Despertaste y el tiempo está dispuesto a recorrer contigo
todos los minutos que sean necesarios, para alcanzar aquello que te has
propuesto. No culpes al tiempo de tus derrotas. Porque aunque no lo
creas, siempre está dispuesto a darte una nueva oportunidad.
Se dice que el tiempo es aquel que se va y nunca más vuelve. También, que se debe aprovechar cada año, mes, día, hora, minuto y segundo de la existencia para seguir adelante y renovarte. La renovación de éste, te hace volver a empezar, una y otra vez. Un paso a la vez.
ResponderEliminarAMO.
Asi es, Ari. Un paso a la vez. Después de todo, siempre tendremos la opción de empezar de nuevo, como tú lo dices: Una y otra vez. Ese es nuestro poder.
EliminarGracias por pasarte por aquí.